Estados Unidos y la Unión Europea (UE) criticaron este lunes a Rusia por usar el suministro de energía a Europa como “un arma” geopolítica por lo que se comprometieron a intensificar la cooperación en medio de las tensiones con Moscú por la concentración de tropas en la frontera con Ucrania.
Así lo indicaron el secretario de Estado, Antony Blinken, y el alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, al inicio del Consejo de Energía bilateral en Washington.
“Esta es verdaderamente una discusión fundamental y una que no podría ser más oportuna”, indicó Blinken en su discurso de apertura.
El jefe de la diplomacia estadounidense remarcó que “Rusia ha intentado aumentar su ventaja energética” y las empresas rusas han frenado el bombeo de gas natural a Europa en medio de un alza de precios mundiales y en pleno invierno.
Reiteró, en ese sentido, el compromiso de Washington para asegurar el suministro energético a Europa.
Por su parte, Borrell lamentó que Rusia “no duda en utilizar” la energía como “un arma para beneficios geopolíticos” en un momento de escasez mundial por lo que la colaboración “estratégica” con Washington es clave.
“Hemos contactado con nuestros principales suministradores de energía para reforzar nuestra preparación y asegurar que el flujo energético sigue siendo confiable, asequible y seguro”, dijo Borrell, al referirse a las conversaciones en marcha con Noruega, Qatar, Azerbaiyán y Argelia, entre otros.
Junto a Blinken y Borrell, también participaron en el encuentro la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, y la secretaria estadounidense de Energía, Jennifer Granholm.
Esta reunión se celebra diez días después de que las dos partes respondieran a las amenazas de Rusia en las fronteras de Ucrania reforzando su alianza energética para garantizar un suministro de gas natural al bloque comunitario en caso de una crisis como un eventual ataque de Moscú a Kiev.
En una declaración conjunta el 28 de enero, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometieron a “intensificar la cooperación energética” con el fin de que ciudadanos y empresas en la UE y en países vecinos “dispongan de unos suministros energéticos fiables y asequibles”.
La cita se enmarca en la escalada de tensiones con el Kremlin, que ha acumulado tropas en sus fronteras con Ucrania y ha despertado el miedo a una nueva agresión a su vecino, a pesar de los intentos diplomáticos por apaciguar al presidente ruso, Vladimir Putin.