El Grupo ITM, empresa concesionaria del Puerto de Cabo Rojo en Pedernales, anunció este lunes cambios en el diseño de la obra con el objetivo de respetar el ecosistema marino presente en la zona.
En esta nueva propuesta, que corresponde a la fase de integración del estudio de impacto medioambiental a los planes para realizar la infraestructura, los ejecutivos descartaron la construcción de dos espigones dejando solo uno, de 670 metros.
“Este método constructivo es menos invasivo porque son menos pilotes o columnas a construir dentro del agua”, resaltó la vicepresidenta ejecutiva de la compañía, Mariana Perrilliat, agregando que se reducirá más del 90% en el área de dragado, lo que representa una menor intervención de la mano del hombre en las profundidades marinas.
La propuesta de construcción mantiene la apuesta de atraer a más de un millón de turistas–con un gasto promedio entre US$80 y US$100 por pasajero– a través del arribo de cuatro embarcaciones tipo oasis.
La construcción se estima lejos de Bahía Honda, una zona en la que habitan especies de mar como estrellas, esponjas, erizos y otras especies que dependen de los arrecifes de coral que allí se encuentran.
El biólogo marino y experto técnico de la empresa, Alonso Reyes, explicó que las estructuras marinas que se han formado sobre los sedimentos y residuos que yacen en el fondo marino como consecuencia de la actividad minera que albergaba este puerto en sus inicios serán trasladados a una zona aledaña de la bahía, “con la finalidad de que las características que el arrecife natural ofrece sean ofrecidas también por estos nuevos organismos”.
Añadió que el tiempo pautado para el seguimiento de las especies marinas que serían reubicadas, paulatinamente, del lugar donde se construirá el espigón, hacia su nuevo espacio en Bahía Honda es de cuatro años.
Las modificaciones al proyecto han supuesto, para la concesionaria, un aumento del 20% del capital inicial para la obra, de unos US$97 millones. Sin embargo, Perrilliat considera que las garantías de la sostenibilidad en el tiempo de la obra lo valen.
“Lo mejor que tienen Cabo Rojo y Pedernales, aparte de su gente, son sus recursos. Esto garantiza una mayor durabilidad del proyecto y de que los atractivos de Pedernales y sus alrededores puedan ser disfrutados por muchas más personas, por muchos más años”.
El proyecto será presentado mañana martes al Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales para su evaluación, así como a representantes de organizaciones ambientales, quienes también están invitados a un levantamiento subacuático que realizará la empresa este miércoles para demostrar que la obra es viable y cumple con las condiciones que requiere para mitigar su impacto medioambiental.
De igual manera, la empresa contempla reunirse con la comunidad de Pedernales para presentarles el nuevo diseño de un puerto del que, luego de construido, se espera que genere más de 1,500 empleos directos e indirectos. Cifras que, luego de la fase de operación, se multiplicarían hasta 2,600, beneficiando tanto a los habitantes de la demarcación como a las zonas aledañas. Hasta ahora, la concesionaria estima la fecha de inauguración del puerto para el 15 de diciembre del 2023.