Los Hoteles Trump se están reduciendo, pues a varias propiedades les están cambiando la marca a consecuencia de la polarización política de Estados Unidos, por lo que los expertos consideran que la mitad de los estadounidenses no quieren hospedarse en las propiedades de Trump, pese a que hace más de un año salió de la presidencia.
«Debido a la naturaleza polarizada del espacio político, alrededor de la mitad de la población de Estados Unidos no quiere quedarse en una propiedad de Trump», dijo Robert Cole, analista de investigación sénior de alojamiento y viajes de placer en Phocuswright a Travel Weekly.
Una de las propiedades que ha dejado la marca y ha sido vendido, es el hotel de lujo Trump International Hotel Washington, DC. La Organización Trump vendió el contrato de arrendamiento del hotel a CGI, con sede en Miami, que con Hilton Worldwide Holdings, CGI lo convertirá en un hotel Waldorf Astoria.
Otras propiedades que han cambiado de marca son el de Panamá, Toronto, Vancouver y el barrio Soho de Manhattan. La marca Trump en 2015 contaba con 14 hoteles, actualmente tiene nueve, incluyendo una en Nueva York y otra en Chicago.
La marca Trump claramente ha ido perdiendo peso, ya que los agentes de ventas encuentran oposición de los clientes, especialmente en el segmento de grupos, por cuanto no todos son seguidores del político, complicando así las reservas en estas propiedades de lujo.
«Cuando tienes un grupo de, digamos, 12 personas, hay muchas posibilidades de que algunos de ellos sean republicanos y otros demócratas», indicó al mismo medio Joe Cerino, presidente de la compañía de viajes enfocada en golf Sophisticated Golfer en West Palm Beach, Florida. Agregando que, es un desafío, “porque los que son demócratas simplemente no irán, e incluso si es solo una persona, entonces todo el grupo no irá. La gente simplemente preferiría no meterse en todo el asunto político”.
Por su parte, Cole considera que los segmentos de grupos y corporativo ahora son escasos para estas propiedades, el mayor obstáculo para el negocio de Trump Hotels. «Especialmente en los hoteles más grandes, se necesita tráfico corporativo y grupal. Pero las personas [que planean ese viaje] están lidiando con toda esa percepción de lo que podría significar si, por ejemplo, deciden tener su evento anual o reunión de la junta en un hotel Trump. Porque vas a tener algunos empleados a los que no les gustará eso. No es un comienzo», concluyó.