Del mismo modo que los bancos clausuran sucursales, las compañías de telecomunicaciones se desprenden de sus tiendas físicas. Orange España ha empezado a cerrar sus puntos de venta menos rentables dentro de su malla de 800 establecimientos repartidos por el país. El responsable del área comercial de la compañía, Diego Martínez, explicó ayer en la rueda de prensa de resultados de enero a septiembre que en Orange España se están «replanteando el modelo de negocio de tiendas», tanto que ya se han clausurado 40 de un total de 800 que conforman su red comercial, incluidas las tiendas franquiciadas y las propias, que se cifran en 25.
Precisamente, hoy miércoles se conocerá la votación de la plantilla de Vodafone España, reunida ayer en asamblea, sobre las condiciones del nuevo ERE, para el que la empresa ha llegado a proponer el cierre de todas las tiendas propias de Vodafone en el país, 34 de un total de 600 si se contabilizan las que pertenecen a franquicias y distribuidores. Según la última oferta puesta sobre la mesa de negociación, los empleados afectados podrían acogerse a la salida con la indemnización pactada o a una subrogación a esas empresas externas, sin que ahí tengan garantizada la continuidad de su empleo. La tienda en cuestión podría seguir abierta, pero ya no pertenecería al operador británico.
La cuarta parte del tráfico de clientes en tiendas de Orange España ha desaparecido, según explicaba ayer la compañía: ha caído un 25% en los nueve primeros meses de 2021, frente a ese período de 2019, antes del covid y de sus confinamientos. Por el contrario, el canal de ventas online ha mejorado notablemente su rendimiento: un 30% en el presente ejercicio, en comparación con los registros de enero a septiembre de 2020, cuando la actividad comercial se realizaba casi completamente vía internet.
En Telefónica, el principal operador del país, mantienen que no prevén de momento cierre alguno de establecimientos (suyos son en propiedad cerca de 300, de un total que ronda el millar). Eso sí, la multinacional española ha remodelado su punto de venta para que la oferta no se ciña simplemente a las telecomunicaciones y se convierta en multiservicios, desde el negocio de la seguridad hasta el de la salud.
Orange España anunció ayer que ingresó 3.544 millones de euros en los nueve primeros meses de 2021, un 4,9% por debajo del mismo período del año anterior, debido a «un entorno comercial cada vez más difícil y con crecimiento de las ofertas low cost«. Ciertamente, los márgenes se han estrechado siempre que no se alcance el target comercial premium que contrata paquetes convergentes.
Jean François Fallacher, CEO de Orange España desde el año pasado, subrayó en cualquier caso que el operador está sumando clientes: «Es el quinto trimestre consecutivo con altas netas», reveló sobre los 20,2 millones de clientes que la empresa abarca en España, de los que 16,2 millones corresponden a móvil y 4 millones a banda ancha fija (en la novedosa categoría de móvil de 5G, Orange ya congrega a 620.000).
Asimismo, Fallacher reconoció que Orange España no va a acudir «directamente» a la licitación de los derechos televisivos de LaLiga, una subasta que a principios de diciembre debería estar resuelta. Hacerlo, en opinión del operador naranja, no haría más que encarecer la puja. En años anteriores, Orange ha seguido esa misma política, de manera que ha comprado los derechos al ganador de la subasta, Telefónica.