“A pesar de la escasa visibilidad sobre el final de la guerra y de las previsiones de menor crecimiento del PIB en nuestros mercados emisores, desde Meliá Hotels International afrontamos el comienzo de 2023 con un prudente optimismo”. Así lo indica el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado del grupo, Gabriel Escarrer .
El empresario argumenta que “vislumbramos evidentes oportunidades, tales como la reactivación de los viajes internacionales en América y Europa, que ya es una realidad, y la previsión de que hacia el segundo semestre de 2023 pueda reactivarse también el mercado emisor chino, a medida que la población se vaya inmunizando y recuperando de la enfermedad, tras el levantamiento de las restricciones por el Covid” .
“Por ello, recibimos 2023 con prudencia y conscientes de las amenazas que podrían ralentizar la excelente tendencia actual del sector turístico, pero seguros también de las oportunidades existentes y con una gran ambición y confianza en aprovecharlas, y seguir contribuyendo positivamente a la recuperación global”, prosigue.
Echando la vista atrás, Escarrer recuerda que la gran ola de Ómicron dio paso “a un nuevo resurgimiento de los viajes” que “culminó en un tercer trimestre histórico para el turismo vacacional y en un ejercicio muy satisfactorio que alumbró esperanzas de alcanzar la recuperación total para el año 2024 o incluso, 2023”.
También reconoce que “lo que entonces no pudimos anticipar fueron las consecuencias de una guerra inesperada y anacrónica provocada por la invasión de Ucrania, que desencadenaría consecuencias como la crisis energética y del comercio internacional, así como una inflación generalizada como no habíamos visto hacía décadas”.
“A pesar de todos los condicionantes geopolíticos y macroeconómicos, sin embargo, la industria turística continuó avanzando, como si la demanda de viajes, disparada tras levantarse las restricciones de la pandemia, se hubiera inmunizado frente al complejo entorno, y a finales del ejercicio las cifras del turismo (conseguidas en tan solo 10 meses, después de Ómicron) se situarán muy cercanas a las obtenidas en el último año prepandemia, 2019”, concluye.