En su forma más simple, podríamos visualizar el crecimiento económico como un “bucle de retroalimentación reforzadora”, concepto que dentro de la teoría de sistemas produce el mantenimiento o incremento del sistema existente, determina la acción y refuerza el estado. Es decir, el crecimiento económico se sostiene a sí mismo como una bola de nieve que en su movimiento toma nuevas capas.
Los beneficios del crecimiento económico son muchos. Cuánto más crece la economía, las empresas tienen mayor ganancia como también las naciones; lo que conlleva a que la generación de empleo, mayor cantidad de recursos y mejor calidad de vida. Pero para crecer, la economía se alimenta de recursos naturales que necesitan tiempo para desarrollarse; así como también, este proceso de crecimiento produce desechos que amenazan la estabilidad del medio ambiente.
Esto nos lleva a considerar que el crecimiento económico no solo depende de la voluntad del hombre, de los recursos energéticos sino de la eficiencia del manejo de estas variables. Es precisamente a partir de esta búsqueda constante de hacer más eficientes los procesos de producción y desarrollo que emergen nuevas tendencias a favor del crecimiento económico. En este sentido el Instituto de la Universidad de Cambridge para el Liderazgo en Sostenibilidad (CISL) ha identificado ocho enfoques de sostenibilidad que han definido este último año:
La volatilidad es la nueva normalidad. Explican que desde las tecnologías disruptivas a la incertidumbre política, el futuro se plantea como caótico y está aquí para quedarse.
Sostenibilidad para dar forma a la cara de los negocios. El aumento de la conciencia pública sobre los temas de sostenibilidad y las brechas en el liderazgo político abrirá cada vez más el camino para que las empresas se enfrenten al desafío del liderazgo en sostenibilidad y lideren, adapten o fracasen.
Perdidas y daños duraderos debidos a condiciones climáticas extremas. Después de los eventos climáticos sin precedentes de 2017, las ciudades, los países y las personas vulnerables se enfrentarán a eventos climáticos más extremos y perturbadores, con el potencial de impactar a las empresas a través de la interrupción de la cadena de valor y los activos desamparados, y contribuir a la disturbios.
Humano contra máquina. Los crecientes niveles de automatización no solo comenzarán a transformar el futuro de los negocios, sino también el futuro del trabajo.
China y el cambio global hacia el este. La reelección del presidente Xi Jinping le ha dado estabilidad a China en un mundo turbulento, y ha reforzado el mandato del estado para abordar el cambio climático en un momento en que otros líderes mundiales se han tambaleado por la sostenibilidad.
El fin de una era para los plásticos. El empaque será el campo de batalla clave para abordar los impactos ambientales de los negocios en los océanos, la tierra y el aire.
Un año decisivo para la transparencia. Anticipándose a las recomendaciones para informar los riesgos financieros relacionados con el clima del Grupo de trabajo sobre revelaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD, por sus siglas en inglés), algunas compañías han enfrentado presiones de los inversores y del público para mejorar voluntariamente la divulgación de riesgos. Esto podría ser el detonante para una mayor transparencia en otras partes del negocio, como el pago a ejecutivos, la igualdad de género y los acuerdos fiscales.
Vida después del carbón. La revolución energética está llegando a su clímax, ya que el cambio a las energías renovables y la electricidad es imparable.
Se trata de ocho puntos de gran relevancia en las discusiones empresariales actuales que ponen en manifiesto retos, riesgos y oportunidades en los negocios. Es necesario que las empresas de hoy en día, para mantenerse a flote de manera exitosa, logren adaptarse a este entorno cambiante manteniendo su liderazgo en un sistema económico sostenible.