El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, alertó este jueves contra la penetración china en América Latina, estimando que la región no debería pasar de «la era de Odebrecht a la era de las empresas chinas».
El problema sería «que la región fuera de la era de Odebrecht a la era de las empresas chinas», dijo Claver-Carone a la AFP en una entrevista en Madrid, aludiendo a la empresa brasileña que dejó un reguero de sobornos que provocaron un sismo político en la región.
«Las empresas chinas han tergiversado los mercados. ¿Por qué? Porque son empresas subsidiadas por el Estado y, francamente son empresas sin estándares de integridad», añadió el máximo responsable de la organización financiera internacional.
«Es la preocupación por cómo» estas empresas «afectan a un ecosistema que ya tiene demasiados problemas, burocráticos, de corrupción, de transparencia etc… Es como una tormenta perfecta», ahondó.
En los últimos 20 años, China ganó fuertemente terreno frente a Estados Unidos en la región de las Américas, convirtiéndose en el primer socio comercial de casi todos los países sudamericanos, concediendo préstamos de bajo interés, e invirtiendo en proyectos energéticos, puertos y autopistas, entre muchas obras.
China representa el 12% de las exportaciones y 18% de las importaciones de toda América Latina y el Caribe, según un informe del gabinete de reflexión basado en París BSI Economics. Entre 2004 y 2019, las exportaciones e importaciones de la región frente a China se multiplicaron por 10 y por 8, respectivamente, según la misma fuente.
«Una cancha igual para todos»
Aunque el BID tiene su sede en Washington, Claver-Carone se convirtió hace un año en el primer estadounidense al frente de la entidad, primer prestamista de América Latina y el Caribe, a propuesta del gobierno de Donald Trump.
Claver-Carone, nacido en Miami y con raíces cubanas, no se dice contrario a que las empresas chinas se asienten en Latinoamérica, pero pide «que lo hagan bajo un marco transparente y en una cancha igual para todos».
Como primer socio financiero de la región, el BID «busca inversiones en la región que puedan crear crecimiento, sostenido, inclusivo, a largo plazo, y las mejores empresas para hacerlo son las empresas americanas, europeas, japonesas, coreanas, etc…»
Asegura que en el pasado algunas de las empresas de esos países pudieron ignorar esos criterios en Latinoamérica, «pero hoy en día estamos en un marco donde el mundo empresarial ha progresado mucho, tiene otros estándares».
Claver-Carone atribuye parte de culpa en el problema de suministros que actualmente afecta al comercio mundial a que gran parte de la producción se radicó en China, y cree que es necesaria una descentralización que podría beneficiar a Latinoamérica.
Así, explicó, si Latinoamérica y el Caribe se hicieran con un 10% de las exportaciones chinas a Estados Unidos de aquellos productos que ellos también exportan al país norteamericano, llegarían «72,000 millones de dólares» adicionales a la región, «una cantidad transformativa».
El presidente reclamó además que se dote a su institución de mayor capacidad de financiación, y a su llegada a la presidencia se fijo como objetivo que pasase de 11,000 a 23,000 millones de dolares anuales.
«No vamos a poder cumplir con las misiones de mañana con los recursos de ayer. Así que tenemos que fortalecer» el BID, explicó.