De acuerdo a Simón Suárez, vicepresidente de Relaciones Institucionales y Proyectos de Grupo Puntacana, muchos inversionistas extranjeros han optado por destinar sus recursos a la construcción de apartamentos en zonas turísticas debido que tienen los mismos incentivos que construir un hotel en el país, sin todas las regulaciones ambientales y municipales, certificaciones y normativas que esto conlleva, «convirtiéndose en una competencia desleal».
Además, dijo, que evitan los costos que implica mantener una infraestructura hotelera.
«No es lo mismo desarrollar un hotel de 500 millones de dólares donde hay que buscar esa inversión y amortizarla, que hacer un proyecto de apartamentos que sencillamente se va a vender y recuperas tu inversión inmediatamente», indicó.
Agregó que el pasivo laboral en un complejo hotelero es mucho mayor. «No es lo mismo un hotel de 500 habitaciones, que genera unos 800 empleos directosy miles de indirectos, mientras que en un edificio de 200 apartamentos, solo hay que contar con un personal de 20 personas», comparó.
El también pasado presidente de Asonahores, destacó que detrás de la construcción de un hotel, hay todo un encadenamiento productivo que se beneficia, como agricultores, prestadores de servicios, entre otros, según Diario Libre.