«El turismo de lujo no es una moda, sino una palanca potente de desarrollo», así lo indicó Francesca Rainieri, presidenta de la Cámara Americana de Comercio en la República Dominicana (Amchamdr).
«El lujo contemporáneo es experiencia, autenticidad y responsabilidad. Es el huésped que valora la privacidad, la excelencia gastronómica, los servicios personalizados, la inmersión cultural y un compromiso real con la conservación ambiental. Es, además, el visitante que aprecia la coherencia entre el discurso del destino y la realidad en tierra: que las playas estén limpias, que los arrecifes estén vivos, que la comunidad participe y se beneficie. Esa coherencia —esa credibilidad— es el activo más preciado del lujo sostenible», agregó.
Explicó que «podemos seguir apostando única y exclusivamente al volumen, o podemos avanzar hacia el valor: captar visitantes que gasten más, que extiendan sus estancias, que demanden experiencias únicas y que, fundamentalmente, respeten y contribuyan a la sostenibilidad de nuestros destinos».
Rainieri ofreció estas declaraciones en su discurso durante su participación en el II Foro Inmobiliario de ADETI, realizado este jueves 16 de octubre en el salón Piantini del hotel JW Marriott.
Durante su presentación, dijo que «República Dominicana se posó en el mapa mundial del turismo por su capacidad para recibir grandes volúmenes de visitantes: resorts, paquetes “todo incluido”, costos competitivos y sol perpetuo, ese modelo fue justo y necesario: trajo empleo, infraestructura y visibilidad internacional».
Informó que «tras la recuperación post-pandemia y con cifras récord que avalan nuestra vocación turística —más de 11 millones de visitantes en 2024 y ya más de 7.1 millones en los primeros siete meses de 2025—, el país enfrenta una elección estratégica».
La también ejecutiva del Grupo Puntacana, dijo que «en el primer semestre de 2025 el gasto diario promedio de los turistas llegados por vía aérea fue de US$172.49, un aumento sostenido que nos dice que hay disposición a pagar por calidad. Si traducimos esto a impacto macroeconómico, vemos que el turismo ya aporta cifras claves al PIB nacional y que genera cerca de 900 mil empleos formales directos e indirectos».