2022 será un año clave para el turismo. A medida que el mundo se recupera del Covid-19 lentamente y las fronteras comienzan a abrirse de forma gradual, las predicciones sobre el devenir de este sector clave para la economía mundial empiezan a sucederse.
“El turismo representa un alto porcentaje de ingresos a nivel internacional, siendo en muchos países casi su única fuente de ingresos.
Esto ha supuesto una crísis globalizada donde todas las economías se han visto afectadas por el coronavirus. A pesar de esto, los empresarios confían en las buenas previsiones del sector para 2022 . Ellos apuestan por las ganas de viajar de los turistas para obtener los máximos beneficios posibles para esta nueva etapa”, explica Julio Almonte Nina, ex-viceministro de turismo y actual presidente de la comisión de turismo del PLD.
Lo cierto es que los turistas post-covid se han vuelto aún más exigentes por lo que, además de comodidad y servicios, esperan más atenciones , quieren disfrutar todo lo posible de sus vacaciones como en el pasado, respetando aforos, horarios, medidas de seguridad y con una conciencia mucho más arraigada que anteriormente.
“Las restricciones vividas en 2021 haràn que los viajes se disparen de acuerdo a la estabilidad sanitaria y siempre que la economía haya permitido a las familias mantenerse a flote”, señala Almonte Nina, quien añade 12 claves que determinarán el sector turístico en el 2022:
- Agilización procesos vacunas contra el Covid-19. Sin duda lo más deseado es el fin de la pandemia, y para ello será fundamental comprobar el grado de eficacia sobre la población de las distintas vacunas.
- Ayudas públicas. A pesar de su resiliencia, el turismo ha sido tan duramente golpeado que su recuperación tendrá que ir de la mano necesariamente de financiación y ayudas económicas y fiscales de entidades públicas nacionales e internacionales.
El cierre y compraventa de hoteles será un punto clave en la estrategia de los hoteles supervivientes.
Si una compañía hotelera adquiere hoteles en una ciudad/zona donde ya existan hoteles bajo su bandera tendrá forzosamente que replantearse su estrategia para éstas.
- Polarización del consumo turístico. La crísis ha provocado una importante pérdida de masa crítica en las clases medias. Esto hará que, por motivos económicos, determinados grupos sociales queden excluidos del entusiasmo por volver a viajar del que antes sí participaban.
- Mayor productividad de las empresas. La pandemia podría dar paso a un rápido aumento de la productividad de las empresas supervivientes, fruto de la adopción de nuevos procesos y tecnologías. En el caso del turismo todo ello irá ligado a la digitalización.
- Aumento de la robotización. La llegada del 5G y otras innovaciones tecnológicas van a permitir la aparición de robots autónomos mucho más potentes y operativos en cuanto a velocidad, latencia e hiperconectividad, que van a revolucionar los transportes, la logística y la hotelería. El desarrollo tecnológico y las redes sociales se van a convertir más aun en una herramienta imprescindible para obtener información, organizar viajes, compartir opiniones entre empresarios y turistas, fidelizar al cliente, mostrar los productos y servicios, y mejorar la reputación online, entre otros.
- Flexibilidad en las reservas. El factor precio seguirá siendo crucial, pero van a adquirir mucha importancia las condiciones de reserva respecto a facilitar cancelaciones, cambios y reembolsos, para estimular así la demanda y generar confianza. Con la situación de pandemia actual se ha tenido que reconvertir la forma tradicional de comercializar los productos y servicios turísticos debido a la incertidumbre.
- Auge del turismo de lujo. Las marcas premium van a ir por delante en la recuperación, así como todo lo relativo al segmento del lujo.
Los clientes van a mostrarse dispuestos a pagar más por servicios privados, productos exclusivos y ventajas que reduzcan el contacto con otros huéspedes o pasajeros.
- Predominio de los viajes domésticos y de naturaleza. Las ‘staycation’ que antes era tendencia alternativa, será pauta de consumo durante un largo tiempo. Gozaran por tanto de un mayor protagonismo los destinos no masificados de las grandes urbes, así como el turismo rural y de naturaleza.
- Nuevos players en el sector. La crisis también representa un escenario de oportunidad. Fondos de capital riesgo, start-ups, multinacionales tecnológicas, sociedades de inversión inmobiliaria, entre otros, van a tomar posiciones en un sector con un potencial de crecimiento tan grande como en estos momentos es el turismo.
- Dimensión sanitaria de la seguridad. Aunque la pandemia remita, los viajeros de todo el mundo tomarán precauciones pensando en el COVID-19. Las medidas de salud e higiene, magnitudes como la distancia social, etc. seguirán siendo fundamentales en 2022 para transmitir confianza en todo el sector.
- Nuevas formas de realizar previsiones. Estamos viviendo desde hace meses un escenario nunca vivido, ya que no tenemos un modelo con que compararnos (años anteriores, otros destinos donde tenemos hoteles, otros sectores…). Al ser un problema mundial, que afecta a todos los sectores, nadie puede hacer previsiones de la manera en la que estábamos acostumbrados. Esto va a continuar en 2022 hasta que la gestión de las restricciones por parte de los gobiernos se estabilice, y podamos contar con la demanda natural de los clientes, sin que estén coartados por leyes ni prohibiciones.
- Van a surgir innovaciones en el sector en cuanto a procesos, productos, nuevas formas de hotelería, de gastronomía…que seguramente no hubieran salido a la luz con tanta inmediatez si no hubiera sido necesario.
“Todo esto dibuja un escenario en el que, si las buenas noticias en cuanto a medidas de seguridad y vacunas siguen avanzando, los clientes estaŕan ya muy dispuestos a viajar y a romper con todo lo que hemos vivido en 2020-2021, por lo que desde verano 2022 y en 2023 se podría prever una recuperación de la demanda y del precio medio importante”, afirma Julio Almonte Nina.