El CEO de Barceló Hotel Group, Raúl González, en Europa, Medio Oriente y África, huye del alarmismo creciente que existe en el sector turístico, descartando que se pueda vivir «una situación dramática» tras la conclusión de la temporada de verano. «Mi impresión es que todo se exagera», argumentó.
Pese a que reconoce que «tenemos un problema muy grave de costes», asegura mirar «con cierto optimismo» a la recta final de 2022, así como a 2023. «No soy catastrofista. Veremos una situación más compleja, pero habrá que torearla y hacer los deberes. En 2023 seguro que habrá gente que lo pase mal por tener un activo desactualizado», sostiene.
A pesar del moderado optimismo, González reconoce que «hay un problema grave» en materia laboral. «No hay manera de encontrar personal. Este va a ser el principal problema del verano: mucha demanda y falta de trabajadores. Pero no solo en hoteles, también está sucediendo en aeropuertos y aerolíneas».
Su previsión es que la cadena rebase en el presente ejercicio los niveles de ingresos prepandemia.
«Estamos funcionando mejor y creo que vamos a superar el 2019, teniendo en cuenta que enero y febrero fueron meses muy duros. Estamos en un momento dulce y lo normal es que afloje un poco, pero no soy tremendista», indicó.
A su juicio, la inflación disparada «va a afectar al consumo de los hogares, pero hay que ver de qué prescinden», según Preferente.
«Creo que la gente tiene tanto deseo de viajar que va a priorizar este apartado. El daño que va a venir va a ser menor que el que se vaticina», predijo.