El floristero Teruki Waki forma parte de las primeras 30 familias japonesas que se instalaron en Constanza desde la década de los 50 para trabajar la agricultura. Sin embargo, los altos costos y la baja rentabilidad, se cuentan entre las razones que mantienen a solo dos familias de esta comunidad trabajando en este sector.
Tanto él como los productores constanceros ven ahora en el turismo una oportunidad para enriquecer la actividad agrícola o bien como una opción para quienes quieran explorar un segmento económico distinto, pero muy relacionado.
“Los altos costos y la baja competitividad con los productos importados está dejando más pérdidas actualmente a los agricultores, a pesar de todo el sacrificio que se hace. Hay que buscar alternativas, y me parece que el turismo lo es, por la gran riqueza de los microclimas de Constanza”.
Explicó que, aunque se mantienen en la venta de flores, sus hijos se inclinan hacia el turismo y la familia espera realizar algún proyecto relacionado con esta actividad en el futuro.
El agricultor fue uno de los partícipes del lanzamiento de la guía ecoturística de Constanza, un compendio que resume, en 98 páginas, los principales atractivos naturales, históricos y culturales de ese municipio. La iniciativa fue realizada por el Clúster Ecoturístico de Constanza, el Ministerio de Turismo y el Grupo Sarma.
¿Puede la promoción turística entrar en competencia con la agricultura? Esta modalidad inserta la primera actividad del hombre dentro de la cadena de valor del turismo, formando un complemento que permite empujar aún más su desarrollo, comentó al respecto el viceministro de Cooperación del Ministerio de Turismo, Carlos Peguero.
Explicó que esto representa una expansión para el turismo, el que consideró uno de los principales aspectos para la recuperación económica durante el 2021, con un crecimiento del 30% respecto al año pandémico (2020). “Viendo ese nicho de crecimiento, el Ministerio ve que hay que seguir impulsando el desarrollo del turismo interno”, acotó.